miércoles, 2 de febrero de 2011

HAY QUE ENTRAR EN COMBATE

¿Cómo puede la enseñanza del Yoga alcanzar el objetivo del Gîtâ, ni siquiera en su superficie? Recuerden que el orador y el discípulo se encuentran en medio del campo de batalla, entre dos ejércitos que están a punto de enzarzarse en la lucha. Pero el corazón del heroico Arjuna se llena de desánimo justo en el momento en que "la lluvia de flechas está a punto de caer" (I,20).
La narración del Gîtâ tiene una única razón de ser : darle a Arjuna energía y valor, empujarlo a la acción, obligarlo, si es necesario, a combatir. Poco importan los argumentos esgrimidos, pueden ser sobre la naturaleza del Jivâtmâ, imperecedero, permanente y estable; o bien sobre la naturaleza del Único y de lo Múltiple, describiendo la constitución de los mundos o la Vida Una que lo penetra todo; o bien puede ser sobre la devoción, la invitación a abandonar todas las acciones al Señor, al final de cada uno de ellos, se le impele a combatir : "Entra en combate" (II, 18), "Piensa en Mi constantemente y combate"(VIII, 7), "Concentra todos tus pensamientos en el Yo supremo y entra en la batalla" (III,30). Y así sin cesar, hasta que al final Arjuna decide combatir : "Actuaré según Tu palabra" (XVIII, 73) y entonces entra en combate.


sábado, 29 de mayo de 2010

O KARMA YOGA (1)

Un tercer Yoga, además del Yoga de la Devoción y el del Discernimiento, es el Yoga de la Acción, o Karma Yoga. Pero, ¿qué clase de Acción? La acción que se hace como sacrificio. Y por eso se le puede llamar Yoga del Sacrificio. Se le llama "yoga de la acción" porque tiene muchas de las características de la Recta Acción del Yogui perfecto.

En este Yoga hay muchas dificultades serias. La principal de ellas es la de comprender la Acción misma.
"¿Qué es acción y qué es inacción? Los sabios siguen perplejos ante esto. Por lo tanto, te aclararé en qué consiste la acción, cuyo conocimiento de librará del error. Es necesario discernir entre la acción, la acción ilícita y la inacción. Misteriosa es la senda de la acción. El que ve inacción en la acción, y acción en la inacción, es sabio entre los hombres, vive armonizado, aún cuando ejecuta alguna acción." (IV, 16-18)
Estas son las dificultades iniciales que van a rodear al aspirante. Tiene que descubrir lo que debe hacer y lo que no debe hacer; discernir entre la acción recta y la falsa. Y lo primero que debe recordar es : "Atiende tan sólo a la acción, y nunca a sus frutos" (II, 47) El hombre consciente debe cumplir la acción recta" (III, 8) y "constantemente cumplir la acción que es su deber" (III, 19).
¿Qué es recta acción, y qué es deber? El Gîta nos dice de manera definida lo que es recta acción: es "obrar en armonía Conmigo" (III, 26). Y para ello debemos discernir la Voluntad Divina.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

EL YOGA DE LA ACCIÓN

Recordaréis que el orador y el discípulo se encuentran en medio del campo de batalla , entre dos ejércitos que están a punto de entrar en la lucha. En el momento en que “la lluvia de flechas está a punto de caer” (I,20) es cuando el desánimo embarga el corazón del heroico Arjuna. El plan completo de todo lo que se dice o se hace, bajo el disfraz de la historia del Gîta, sólo tiene un motivo : darle a Arjuna energía y valor, empujarle a la acción, obligarle, si es necesario, a combatir; y el argumento se mezcla constantemente con estas palabras que se repiten : “Lucha”.

Poco importa la clase de argumentos que han precedido. Ya puede ser una tesis que expone la naturaleza del Jivâtmâ, el sin nacer, imperecedero, perpetuo y estable, y a esta exposición le sigue : “Lucha” (II,18). O una larga tesis filosófica explicando la naturaleza de lo Único y de lo Múltiple, describiendo la constitución de los mundos o la Vida Una que lo penetra todo; después de la filosofía, de nuevo suena el refrán : ”Piensa en Mí constantemente y lucha” (VIII,7). O bien puede estar tratando de la enseñanza de la devoción, la invitación para que el discípulo abandone todos sus actos a su Señor y “concentrando todos tus pensamientos en el Yo supremo ... entra en combate” (III, 30). Cuando se muestra la visión de la Forma Divina :”Destrúyelos sin temor. Combate!”(XI,34). Y al final, cuando Él urge a Arjuna diciendo : “Sumerge tu mente en Mí, sé Mi ferviente servidor, conságrate a Mí”, la idea vuelve a aparecer y se escucha en la pregunta :”¿Has destruido tu error, causado por la ignorancia?” (XVIII, 65, 72). Y el resultado de todo ello es la resolución que toma Arjuna de combatir. “Actuaré según Tu palabra” (XVIII, 73) y entonces entra en combate.

El perfecto Yogi debe entrenarse y, en cada interrupción de los argumentos, el refrán “Lucha” resuena en los oídos sorprendidos. “Prepárate para el combate” (II, 38) es el mandamiento del Señor del Yoga. En toda esta escritura del Yoga, aparece el insistente empuje hacia la acción de cariz más violento, como si en la lucha estuviera incorporada, como si dijéramos, la quitaesencia de la actividad, su impulso, su torbellino, su agitación, su estallido. ¿Cómo podríamos encontrar una actividad más viva que la actividad del héroe en el campo de batalla? Y sin embargo, es ahí donde hay que conquistar al Yoga; ahí es donde el Ishvara del Yoga aparece en toda la plenitud de Su poder y de Su magnificencia.

En la India moderna, según las reglas, no pueden ir parejas una gran actividad y la práctica del Yoga.
Llega a afirmarse que nadie puede ser un Yogi si no vive apartado de los hombres, en una cueva, en la selva o en el desierto, o bien en algún retiro de los poderosos Himalayas o en cualquier otra cadena montañosa bajo el cielo sagrado de la India. Se dice que nadie puede ser un Yogi si está en medio de la actividad, del trabajo, de la labor, tratando de contribuir a todo lo bueno que hay en el mundo y, por consiguiente, viviendo en el mundo; y que Yoga significa retiro, silencio, inacción.

Es un hecho que en el transcurso de la evolución, entre la actividad nacida del deseo por los objetos de este mundo y esa noble e incesante actividad que nace únicamente del deseo ardiente de cooperar con Ishvara, el Supremo, existe una etapa intermedia en que la acción se vuelve desagradable al ser de este mundo, y en la que la lección superior de “la acción en la inacción” (IV, 18) aún no la ha aprendido el discípulo.

Pero el mismo Señor del Yoga ve el Yoga bajo otro aspecto muy diferente que el que acabo de describir :”Aquél que realiza la acción como un deber sin pensar en el fruto de la acción, ése es un asceta, ése es un Yogi” (VI, 1). Incluso va más allá y declara : “El Yoga es el arte en la acción” (II, 50). De manera que, en el espíritu del Señor del Yoga, el Yoga parece aplicarse a algo completamente diferente de la idea moderna de separación del resto de los hombres, de reclusiones en cuevas o en la selva, aislado de los demás. Esto tiene su fase en la evolución humana. Es una fase del progreso humano. Pero el Yoga, tal como lo enseña el Señor del Yoga, el Yoga supremo, es algo diferente. El hombre está aquí abajo para la actividad; el Creador del mundo es la encarnación de Kriyâ, la actividad. Brahma representa a Kriyâ, y la existencia en el universo físico no tiene absolutamente ningún otro objetivo que no sea el desarrollo de la actividad justa, dirigida por el pensamiento justo y el deseo justo; todo lo demás conduce hacia esto.

(del libro de A. Besant Comentarios sobre el Bhagavad Gîtâ)

lunes, 14 de septiembre de 2009

El Bhagavad simplificado


Este texto, en inglés, resume de manera muy simple la esencia de las enseñanzas que nos ocupan.



lunes, 11 de mayo de 2009

Un diamante en bruto

(de las charlas con S. Torra)


El Hombre es como un diamante en bruto, sólo hay que pulirlo pero él ya está ahí, no hay que añadirle nada, está en bruto, pero si se le pule, sale tal cual es : somos así en el plano físico, pero como Espíritu ya lo somos todo, lo podemos todo, lo tenemos todo porque somos la misma Vida Cósmica. Ésta ni envejece ni se mancilla, pero para autorrealizarse pasa por todas las limitaciones de los planos más densos, "muerde el polvo" y así va descubriendo la Realidad  subyacente perpetua en su interior.

viernes, 20 de marzo de 2009

EL DESPERTAR ESPIRITUAL O RESURRECCIÓN

(de las charlas con S. Torra)

Como la vida es un cambio constante, hay que ir renunciando a una etapa para ir empezando otra, aunque siempre con muchas dificultades.  Sin embargo, los resultados de la nueva etapa son siempre muy superiores a la etapa anterior; no se trata de resultados materiales, sino espirituales, anímicos, y así se va logrando el objetivo de la encarnación, que es esta plenitud interior. A medida que se va consolidando ésta, se pisa terreno firme en todos los mundos, y cuando hay esta solidez psíquica, interna, las contradicciones emocionales y mentales no nos alteran, no nos derriban.

San Pablo lo explica en 1 Corintios,  15,35-51, cuando habla de la resurrección, que es el despertar espiritual, el renacimiento: 

"- ¿Cómo resucitarán los muertos, con qué cuerpo vendrán? 
- Necio, lo que tú siembras no se vivifica si no muere antes y cuando siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo o de otro grano, mas Dios le da el cuerpo como quiso y a cada simiente su propio cuerpo. 
Toda carne no es la misma carne, mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves. 
Hay cuerpos celestiales,  [Atma, Buddhi, Manas], y cuerpos terrestres, mas ciertamente, una es la gloria de los celestiales y otra la de los terrestres. Otra es la gloria del sol y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, porque una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos:
se siembra en corrupción, se levantará en incorrupción,
se siembra en vergüenza, se levantará con gloria,
se siembra en flaqueza se levantará con potencia. 
se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual [es el nacimiento espiritual, el yoga, el misticismo, el ocultismo], 
Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así, también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán en ánima viviente; el último Adán será espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego, lo espiritual. [es necesario primero enterrar la semilla]
El primer hombre es de la tierra, terreno, el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terreno, tales también los terrenos, y cual el celestial, tales también los celestiales. Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen  del celestial. 
Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. 
He aquí que os digo un misterio: todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados." 

[dormir significa que el fanático que no piensa, no medita, y sigue ciegamente lo que le dicen, sin pensar, después de la muerte pasa milenios en inconsciencia, porque lo que aquí despierta queda despierto allá, y lo que aquí se ata y duerme, queda atado y dormido allá.] 

miércoles, 4 de marzo de 2009

EL YOGA SUPREMO

"Te daré el ojo divino y podrás contemplar mi Yoga Supremo" (XI, 8)

¿Qué es este Yoga Supremo? : es la visión de la unidad de los muchos en el Uno; el universo todo resumido en el Cuerpo Divino. Eso es el Yoga.

Este es el Yoga del Ser, la Palabra suprema y el secreto más alto : los muchos unidos en el Uno. Nada menos. el Ser en todo, sin excepciones; en lo que llamamos bueno y también en lo que llamamos malo. "Todo procede de Mí" (X, 8); no sólo lo bueno, lo bello, lo agradable y lo armonioso; todo. 
"Yo soy el Ser que mora en los corazones de todos los seres; soy el principio, el medio y también el fin de todos los seres"(X, 20).
(...)
No podemos decirle a nadie que el Ser no está en él. No hay ni bueno ni malo en esencia. Es nuestra ignorancia la que nos lleva a clasificar las cosas así, según la relación con nosotros. (...) Pero estamos aquí para que, comprendiendo al fin la Unidad de todas las cosas, podamos trascender tanto el bien como el mal y reposar finalmente en lo Supremo. 

(de una conferencia de A.Besant en Adyar)